Los biocombustibles de segunda generación ofrecen numerosos beneficios en comparación con los combustibles fósiles tradicionales y los biocombustibles de primera generación:
1. Sostenibilidad: Al utilizar residuos agrícolas y forestales, no se compite con la producción de alimentos ni se necesita cultivar nuevos terrenos, lo que reduce el impacto ambiental.
2. Reducción de emisiones: Los biocombustibles de segunda generación emiten significativamente menos gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles, lo que ayuda a mitigar el cambio climático.
3. Abundancia de recursos: La biomasa lignocelulósica es abundante y se puede obtener de manera sostenible de residuos agrícolas y forestales, lo que garantiza un suministro constante de materias primas.
4. Desarrollo económico: La producción de biocombustibles crea nuevas oportunidades económicas en áreas rurales, ya que promueve la recolección y procesamiento de residuos agrícolas y forestales.
5. Diversificación energética: Los biocombustibles ofrecen una fuente de energía alternativa que puede complementar las energías renovables tradicionales, como la solar y la eólica, aumentando la seguridad energética.